La relajación en sí es el estado físico y emocional de conciencia además de ausencia de tensión y estrés. Por un lado, se puede entender como un momento de tranquilidad en uno mismo y desconectar del día a día. Y por otro, como control de impulsos (mantener la calma) en situaciones estresantes y emocionales.
Las emociones están íntimamente relacionadas con el sistema fisiológico. Es por ello que cuando uno se siente triste también puedan generar malestar físico o, por el contrario, cuando uno está contento es posible que sienta bienestar general. Pasa exactamente lo mismo en la edad escolar.
Todas las personas necesitan controlar sus impulsos varias veces al día y desconectar. Las ventajas de una buena relajación son muy numerosas, además se puede realizar en el día a día en las actividades cotidianas que realizamos sin materiales caros o específicos y sin gran inversión de tiempo. Algunos de los beneficios son:
- Mejora en las relaciones sociales.
- Ayuda a aumentar la confianza en uno mismo, la memoria y la concentración, lo cual permite mejorar la calidad del aprendizaje.
- Ayuda a regular y controlar las emociones y los impulsos.
- Canaliza las energías de los niños, ajusta el nivel de activación y produce un bienestar global.
- Disminuye el estrés muscular y mental.
- En personas muy nerviosas contribuye, incluso, en la intervención de tics y de otros síntomas relacionados con la ansiedad.
- Mejora la circulación sanguínea, disminuye la angustia, los ataques de pánico.
- También ayuda a enriquecer la sensibilidad y mejorar la calidad de sueño.
Cada persona es única y tiene su propia manera de encontrar o volver a la calma. Además, hay que tener en cuenta la situación en la que se encuentra cada uno. Por ejemplo, un niño que está en clase, en el colegio y se enfada o frustra recurrirá a un método de relajación y control de impulsos diferente de si está en casa o en el parque. En el aula podría estrujar una pelota o si no dispone de ella apretar los puños. En el parque podría hacer lo mismo, pero tiene más oportunidades como correr, chutar un balón, escalar como vía de escape.
En primer lugar hay que saber qué buscan los niños o adolescentes para calmarse, para controlar emociones fuertes, para volver a la tranquilidad.
Ejemplos de cómo los niños desconectan y se tranquilizan en su día a día.
- A la hora del baño: una ducha o bañera, masajes con loción, peinarse.
- En su habitación: tumbarse en la cama, escuchar música, masticar chicle, pintar, dibujar, escribir, caminar, acariciar a la mascota.
- En clase: mascar chicle, tocarse el pelo, dibujar, pintar, mirar por la ventana.
- En el parque: correr, escalar, columpiarse, tirarse por el tobogán, sentarse en el suelo o en un banco.
Ejemplos de cómo los niños controlan sus impulsos:
- Escuchar música
- Lanzar una pelota saltarina contra la pared
- Apretar puños o presionar una pelota con las manos
- Chillar
- Chutar una pelota
- Darle con los puños a la almohada
- Rasgar papeles
- Contar hasta 10
Recomendación: observa cómo tu hij@ vuelve a la calma y controla sus impulsos, así podrás canalizarlo de manera sana. Por ejemplo, si tu hij@ cuando se enfada se agita mucho y tiene mucho movimiento le proporcionaremos movimiento como chutar o botar una pelota, rolar por el suelo, saltar. Hay que darles alternativas para que puedan relajarse y continuar con sus tareas de manera saludable.
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